Eventos naturales como terremotos e inundaciones pueden ser peligrosos para el hombre. Los desastres que los peligros naturales pueden causar resultan, en gran parte, resultado de acciones del hombre que aumentan la vulnerabilidad o, también, omisiones humanas en materia de anticipar y mitigar el daño potencial de estos eventos. Los planificadores están familiarizados con la cantidad desconcertante de información dispar que tienen que analizar y evaluar en el proceso de planificación. Este proceso se complica, sin embargo, cuando se debe considerar datos enteramente nuevos sobre evaluación de diferentes peligros naturales, se estudien uno por uno o interrelacionados. También se complica por la necesidad de satisfacer lo siguiente: analizar estos peligros en relación con el desarrollo existente o planeado; seleccionar las formas de mitigación del daño que pueden causar los peligros; realizar un análisis económico de alternativas de mitigación versus ninguna mitigación; y, determinar el impacto de tales alternativas sobre la factibilidad económica y financiera del proyecto. Al lado de estas complicaciones adicionales, existen también técnicas de manejo de información para que el planificador no sea abrumado por ella. Entre ellas están los sistemas de información geográfica SIG, una herramienta sistemática para referir geográficamente una serie de “estratos” de información, a fin de facilitar la sobreposición, cuantificación y síntesis de los datos, así como de orientar las decisiones. Hay varias razones para que los organismos de gobierno en los países de América Latina se beneficien con un SIG: – Puede ser sorprendentemente barato: se pueden evitar equipos muy costosos y técnicos altamente especializados seleccionando adecuadamente el sistema y su aplicación. La principal restricción puede no ser falta de fondos sino falta de personal y equipo apropiado; – Se puede multiplicar la productividad de un técnico. Serie Didáctica Nº 24 Sistemas de Información Geográfica I Ing. Ftal Alfredo Fabián Reuter – Facultad de Ciencias Forestales – UNSE 2 – Puede dar resultados de mejor calidad que los que se obtienen manualmente, sea cual fuere el costo respectivo. Puede facilitar la toma de decisiones y mejorar la coordinación entre agencias cuando la eficiencia es lo que más interesa. Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) están de moda, como profesionales repetidamente oímos pronunciar esas palabras mágicas, cuyo significado profundo muchas veces se desconoce. El que los SIG estén en boca de casi todos se debe, entre otras razones, a la espectacularidad de algunos de sus resultados, a la amplitud de su campo de aplicaciones, a la atracción que ejerce toda disciplina frontera y al gusto por las novedades tecnológicas. Por otro lado, se trata de una disciplina joven, ciertamente compleja, todavía inmadura en el sentido de que plantea problemas muy serios aún sin resolver, Sin embargo, posee un núcleo teórico importante, ya establecido, que contiene cuestiones conceptuales muy interesantes. Pese a ello, existe cierta confusión en los conceptos y definiciones básicos. La mayor parte de la bibliografía sobre el tema está escrita en inglés, y todavía no existen suficientes libros y revistas sobre SIG publicados en nuestro idioma. Apenas si ha habido tiempo para adquirir experiencia real en la formación de especialistas. Los fabricantes de máquinas y programas, presionados por la crisis del sector informático debida a una saturación del mercado, han lanzado productos primando en ocasiones el aspecto comercial en detrimento del estrictamente técnico. Los SIG en Argentina constituyen un campo de trabajo dentro de las ciencias aplicadas, podríamos considerarlo como una actividad de la ingeniería. El objetivo de estas series didácticas es contribuir a una labor de divulgación. En primer lugar repasaremos el panorama de definiciones existentes de lo que es un Sistema de Información Geográfica.

 

 

 

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